Compañero presidente,
porque cuando uno ha ejercido la presidencia como lo ha hecho Lula, nunca deja
de ser presidente, así que compañero presidente Lula; compañero gobernador y
nuestro candidato para las próximas elecciones, gobernador Daniel Scioli; Mario
Ishii; Aníbal; compatriotas y mis queridos amigos y amigas de José C. Paz;
compañeras y compañeros: yo acá no me siento en José C. Paz, me siento en mi
casa, este lugar fue entrañable para Néstor, ustedes lo saben.
Charlábamos con Mario
recién, Néstor vino 14 veces aquí a José C. Paz, yo lo acompañaba, yo también
vine un montón de veces, siempre venía con él, me gustaba ver sus rostros, sus
caras, ver sus manos extendidas hacia nosotros, no pidiendo sino reconociendo
que antes del 2003 este lugar de la Argentina parecía que el país le había
soltado la mano. Y cuando él llegó, no me den las gracias ni se las den a
nadie, se lo ganaron ustedes, porque si había algo que lo conmovía pero al
mismo tiempo lo indignaba, era ver en el olvido en que habían dejado a otros
compatriotas.
Por eso se lanzó como
nadie a reconstruir la dignidad de José C. Paz, de todo el conurbano bonaerense
y de la provincia de Buenos Aires, como de todo el país desde Jujuy hasta La
Quiaca, para que todos los argentinos pudieran acceder a los mismos derechos.
¡La pucha! No estamos
hablando de cosas demasiado sofisticadas, estamos hablando del agua, estamos
hablando de las cloacas, estamos hablando del pavimento, estamos hablando de
las miles de viviendas que hemos construido en José C. Paz con el Plan Federal,
y ahora también con las cooperativas.
Estamos hablando de
lo que hoy estamos inaugurando aquí junto a los trabajadores y trabajadoras de
la salud, un lugar para que los vecinos puedan ir a atenderse antes de ir al
hospital.
Por eso cuando yo veo
el rostro de todos ustedes, estoy viendo el rostro y la cara de él. Sé que está
hoy aquí junto a nosotros, acompañándonos como siempre.
Y hoy, por si fuera
poco, como regalo nos acompaña otro compañero que no es argentino, pero es el
ciudadano de la patria grande, el compañero Inacio Lula Da Silva. Así como no
me puedo olvidar cuando estoy aquí de lo que él construyó, cuando lo veo a Lula
lo estoy viendo a él, lo estoy viendo a Hugo Chávez, los estoy viendo, como recién
decía Lula, en aquella Cumbre de Mar del Plata, presidida por Néstor, donde le
dijimos no al ALCA, pero le dijimos no a la subordinación y a la dependencia de
nuestro país a cualquier otra soberanía que no sea la soberanía del pueblo, y
pudimos construir una América del Sur distinta, con crecimiento e inclusión
social, con millones de gentes incorporadas a la educación, a la salud. Aquí en
José C. Paz fundamos también la Universidad para que los paceños no tuvieran
que irse a otra parte. Hoy le acabo de entregar un predio para que se
constituya en polo educativo y productivo aquí en José C. Paz.
Podría seguir
enumerando pero yo quiero, compatriotas, alertarlos que esto que hemos
construido en estos años no fue magia, fue el esfuerzo, el trabajo, el compromiso
y también muchas veces el fruto de duros debates, discusiones y peleas, porque
cuando uno elige el lado del pueblo, tiene que saber que va a tener que dar
peleas. Y esto, compatriotas, no significa dividir ni separar, porque el pueblo
no solamente son los más vulnerables, el pueblo son también los trabajadores de
la salud, enfermeras, médicos, auxiliares. El pueblo son también los pequeños
comerciantes, los empresarios nacionales que dan trabajo a los argentinos y
abren fábricas aquí en nuestro país. El pueblo son los científicos que
volvieron del exterior y los que se quedaron aquí bancando lo imbancable.
El pueblo son los
millones de trabajadores que se incorporaron al trabajo, luego de haber
alcanzado el 25 por ciento de desocupación. El pueblo son jubilados,
pensionados, estudiantes, docentes universitarios, la nación misma.
Cuando hay que
defender todo eso contra pequeños grupos de poder, es donde uno debe hacerse
fuerte, pero no con la fuerza que conocimos cuando yo era joven, con la fuerza
de las ideas, con la fuerza de las convicciones, con la fortaleza que hay que
tener para defender lo logrado.
Y permítanme
decirles, lo charlábamos con Lula y con Daniel recién, antes de ingresar aquí,
se observa, se ve claramente en toda la región, en toda América del Sur, un
intento de volver a instalar las políticas neoliberales que nos llevaron al
fracaso, al hambre y a la desocupación. Y yo le pido a cada argentino, con su
historia, con su identidad, con sus ideas, que piense un instante lo que era el
2003, qué era aquí en José C. Paz el 2003. Y no es mirar el pasado para ser
fiscal, es mirar el pasado para no ser idiotas, equivocarnos y cometer los
mismos errores, nada más que para eso.
Necesitamos ciudadanos
y ciudadanas que puedan pensar por sí mismos, que puedan decidir por sí mismos.
Necesitamos ciudadanos y ciudadanas que sepan que deben defender cada una de
sus conquistas logradas, porque como les decía, algunas cosas que están pasando
en el continente no me gustan.
Lo decía ayer también
a través de las redes sociales, no sé si lo habrás leído Lula, pero apareció un
artículo en Financial Times, un importante periódico económico, acá en José C.
Paz y en todo el país casi nadie lo conoce, es para un reducido círculo, pero
en el mundo los poderosos y los que tienen plata lo leen mucho. Decía que los
países emergentes, especialmente los BRICS, Brasil, Rusia, India, China y
Sudáfrica, era los culpables ahora de que el comercio no creciera.
Resulta ser que
cuando nosotros veníamos sosteniendo el crecimiento del mundo antes del 2008,
cuando se cayó Wall Street, cuando tuvieron que llevar presos a los ejecutivos
de los bancos porque se habían robado todo, el mundo se cayó y nosotros, los
emergentes, que tenemos un hilo común, no somos países de especulación financiera,
no somos plaza financiera, somos plaza de producción, de trabajo, de
investigación y de educación, eso sí nos une en común entonces, ahora resulta
ser que la culpa de que no crezca el comercio internacional la tienen los
emergentes. La culpa de la crisis la tienen los que crearon burbujas
financieras, los que especularon, los que crearon falsas hipotecas, los que
vaciaron bancos, los pueblos todos estos años lo único que han hecho es
trabajar y producir para el resto del mundo.
Por eso la integración
de la región, como recién decía Lula, él y Néstor inauguraron una etapa inédita
en la historia de las relaciones entre Brasil y Argentina. Siempre nos habían
tratado de enfrentar, no era casualidad, es que necesitaban a Argentina y a
Brasil separados y divididos para subordinarnos.
Por eso, Daniel, vamos a tener
que profundizar la integración de la región latinoamericana porque ahí está
nuestro lugar y nuestro destino.
Y también vamos a tener que
buscar nuevas formas alternativas, Lula, vos tenés que ser el embajador para
que Argentina integre el BRICS y ya no sea más BRICS sino BRICSA. Ese es
nuestro lugar y que en ese BRICSA se incorporen más países emergentes, donde
están los pueblos que pueden trabajar.
Por favor, que nadie nos venga a
poner de ejemplo a algunos países del norte, por favor, yo no quiero parecerme
a países que expulsan inmigrantes y dejan morir chicos en las playas. No, eso
no es de cristianos, por favor, eso es decadencia cultural, si andan tirando
los inmigrantes de un país a otro como si fueran bultos. Nosotros, país de
inmigrantes, país que hemos recibido, nuestros abuelos bajaron todos de los
barcos, somos un ejemplo. No quiero parecerme a nadie que le dice a una piba de
15 años que se quiere quedar en el país para estudiar, que no puede y se tiene
que ir. No quiero parecerme a los que dejan que se muera gente en las bodegas
de los barcos, no quiero parecerme a los que crean un muro a lo largo de su
frontera para que no pasen los otros de al lado, que son los que sostienen el trabajo
y la producción de un país. Yo quiero ser como somos nosotros, solidarios,
trabajadores, jugados por la producción, por la industria, el crecimiento y el
desarrollo. Esos son los grupos de países con que tenemos que identificarnos y
de los cuales tenemos que ser parte. Por ahí está el futuro, lo otro es
solamente la degradación de la condición humana. Y yo creo profundamente en
Dios, pero no creo en Dios porque vaya todos los domingos a la iglesia o me
confiese, creo en Dios porque amo al prójimo, porque respeto a los demás, y
porque sostenemos que la patria es el otro, que es la versión política del
Evangelio.
Por eso mi querido compañero
Lula, por eso Daniel, hay que redoblar el esfuerzo. Estos 12 años y medio que
no nos vengan con que no hay sustentabilidad, cómo que no hay sustentabilidad,
cómo que no se puede sostener, 12 años y medio, hermano, y no accedimos a
ningún mercado de capitales, 12 años y medio creciendo, 12 años y medio con más
salud, más educación, más universidades, más viviendas, mejores salarios, más
trabajo, más jubilaciones. De dónde, cómo que no estamos contribuyendo al
crecimiento mundial, cómo se crece, a ver que me expliquen, ¿excluyendo gente?
¿Cómo se crece, dejando morir gente en el mar? ¿Cómo se crece, hacinando gente en
campos de refugiados? ¿O se crece dando trabajo? Porque la pregunta que nadie
le ha hecho todavía a los que se la tienen que hacer es por qué se van de sus
países, porque no tienen posibilidades o porque hay guerra. ¿Y las guerras en
esos países quién las arma, quiénes las sostienen, quiénes les venden armas, a
quiénes les convienen? Ahí hay que preguntar, para que no nos tomen de pavotes,
que no somos pavotes.
Tal vez alguno por ahí siga
sosteniendo que los que son de tez más oscura o no viven en determinados
lugares los traemos a una movilización con un choripan. Díganme, hoy no podemos
hacer choripan porque hay lluvia, mucha lluvia, ¿dónde están los choripaneros
si hay lluvia? Se te apaga la parrilla hermano, están acá porque creen, porque
volvieron a creer, cuando habían sido abandonados llegamos nosotros y volvieron
a creer que la Argentina es su país y que la patria también les pertenece igual
que al resto de los argentinos. O los pibes estigmatizados, los jóvenes, que
van por un cargo y no sé qué otras cosa más.
Hablando de choripan, en estos
días que corren hemos conocido algo que podría llamarse el choripan de oro,
porque a quien encabeza la lista de diputados nacionales por esta tu provincia
de Buenos Aires, le dieron el choripan más caro de la historia para que
adhiriera a la candidatura. Más de 22 millones de pesos en contratos con el
Estado, que no se sabe si se prestaron o no se prestaron, lo determinará la
Justicia. ¿Pero saben qué? Yo no formo parte del club de denunciadores, para
eso están jueces y fiscales, yo sí quiero reivindicar en este acto a los
periodistas, a los artistas, a los cantores, a los militantes, a los
concurrentes, a los adherentes a nuestros actos, a aquellos que alguna vez se
acercaron a un acto y les decían que era porque les daban algo, a periodistas
que toda la vida pensaron y comulgaron con este proyecto, que no existía pero
sí existía como utopía, y que trabajan y hablan porque están convencidos. A
esos que les reprochan que son periodistas militantes. A todos esos quiero
reivindicar, a los cientos y cientos de actores que concurrieron a nuestros
festivales y les reprochaban porque cantaban, y se veía que estaban cantando,
se los llamaba por sus cualidades y sus calidades. Quiero reivindicar a los
militantes que hoy bajo la lluvia están acá sin ninguna recompensa ni
beneficio. Quiero reivindicar a los simples concurrentes que por allí van a
nuestros actos porque les gusta ir a los actos políticos pero no militan. Y
quiero reivindicar a todos los argentinos que por adherir a una idea o a otra
son estigmatizados con lo peor que se puede estigmatizar a alguien, decirle que
lo han comprado para que haga algo. Porque si es por estigmatización aquí
estoy, abanderada de todos los insultos y de todos los agravios, pero cuando te
dicen que porque sos pobre te compran, te dan pobreza dos veces, una económica
y la otra moral, porque en el fondo desprecian a los pobres, creen que los
pobres solamente pueden tener ideas si se las pagan y eso no es así.
Por eso aquí en José C. Paz tenía
la profunda necesidad interior de decir estas cosas. En estos 12 años he visto
tanta descalificación, tanto agravio, tanto insulto, tanta difamación, y
resulta ser que los que nos agraviaban, nos descalificaban y nos insultaban
tenían el choripan de 22 millones de pesos más caro de la historia.
Por eso mis queridos compañeros,
y también Lula, a esa poderosa clase media argentina, ¿sabías Lula que fuimos
el país que más clase media generó? 23 millones ascendieron en estos 12 años. También
a ellos quiero dirigirme porque muchas veces cuando vos pasás de un estado
social donde no tenías casa, no tenias auto o trabajo y de repente conseguiste
trabajo, y la pucha, conseguiste en una fábrica y en un sindicato que todos los
años tiene paritarias libres y te aumentan el sueldo; o ahora sos jubilado,
porque te incluimos y dos veces al año tenés movilidad jubilatoria, a lo mejor
te pudiste comprar una casita y antes alquilabas; a lo mejor podés tener un
autito y antes solamente viajabas en el bondi; hermano a vos te hablo y te digo
que recuerdes cómo estabas en el 2003, no para agradecerme porque tenías
derecho a todo, pero tenía que venir un gobierno a reconocerte esos derechos.
Eso es lo que hemos hecho, no hemos regalado nada a nadie, hemos reconocido
derechos, hemos permitido el ascenso social, no den las gracias, guarden las
fuerzas para reclamar que no les quiten nada de lo que tienen, para eso guarden
las fuerzas.
Para finalizar, Néstor no
necesita gracias, él donde está sabe que ha logrado lo que siempre buscó, un
lugar en la historia y en el corazón de su pueblo, y ahí va a estar para
siempre, le pese a quien le pese, Néstor ya ni siquiera es mío ni de sus hijos,
Néstor es del pueblo y de la historia. Y quiero decirles que si alguna vez se
acuerdan de mí se acuerden como la compañera de Néstor, la que lo bancó, la que
lo ayudó y la que estuvo siempre al lado de él y junto a ustedes. Gracias
compañeros, gracias compatriotas, muchas gracias todos, los quiero con todo mi
corazón.
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