Y hoy, con la inauguración de este hospital,
yo quisiera que en las pantallas del costado alguien pusiera lo que es la
fachada del viejo hospital, una pequeña salita toda pintarrajeada, imposible
creer que allí se pudiera prestar el servicio de salud que requiere nuestra
gente. Miren lo que es este moderno hospital, de complejidad dos, ochenta
camas, showroom, más de 90 millones de pesos invertidos, entre equipamiento y
obra civil, las cloacas, el pavimento, este hospital, el próximo… porque no se
crean que esta es la última vez que vengo a La Matanza. No, no, el día 7 de
octubre, vamos a inaugurar otro hospital, en Rafael Castillo.
Quiero contar, si se me permite una breve
historia de esto que vamos a inaugurar, el día 7 de octubre: un día, uno de
esos días mágicos – como digo yo – aquí en La Matanza, donde habíamos
inaugurado una canilla de agua potable, en Rafael Castillo, eso fue allá por el
2008, si mal no recuerdo. Ese día Alberto Balestrini y Fernando me dijeron:
“agua potable necesitamos, pero tenemos un problema terrible con los
hospitales; tenemos muy poquitas camas en los establecimientos. Estamos
trabajando a cama caliente, no caliente, cama hirviente”. Y yo me fui ese día,
después de haber abierto una canilla de agua potable, primer peldaño, primer
escalón para tener salud, porque este hospital si no tenés agua potable, ni
cloaca no sirve para nada. Tenés que tener, primero, agua potable y cloacas.
Yo me fui a mi despacho y llamé a la gente de
presupuesto, a la gente de Hacienda y le dije que si podíamos ver qué partida
podíamos hacer para construir, por lo menos, dos hospitales, y encontramos una
partida, que estaba por allí, creo que eran de 150 millones de pesos, año 2008.
¿Qué saben para qué era? Era para renovar y cambiar el Tango 01, el avión
presidencial. Y saben ¿qué les dije? “El Tango está muy lindo, no lo pienso
vender, pero tampoco lo pienso cambiar. No es necesario”. Y con esa plata lo
llamé a Alberto y a Fernando, a mi oficina, y vinieron con los planos. Luego
hubo gente que donó las tierras que necesitábamos y así comenzó la tarea de
construcción, que vamos a culminar hoy, como estamos culminando hoy este
maravilloso Hospital Materno, aquí, en el corazón de La Matanza.
Yo quiero saludar a los médicos, a los
enfermeros, a los auxiliares, al personal de limpieza, a todos, hasta el
electricista, a los técnicos porque tenemos que acostumbrarnos los argentinos,
que esto lo dirige un médico, con pergaminos académicos suficientes para
hacerlos, pero él solito, si no hay otros médicos, si no hay enfermeras, si no
hay electricistas, si no hay cocineras, si no hay mucamas, si no hay el
conjunto de la comunidad, que se moviliza es imposible. Y lo que pasa con un
hospital también pasa con un país: se necesitan a todos, a los que están más
arriba y a los que están más abajo. Y ojo, a los que están más abajo son a los
que más se necesitan. Primero, porque son más y primero porque son los que
primero ponen el hombre al país y a la Patria cuando se los necesita.
Acá también, en este hospital, ya se están
entregando los kit de Qunitas, ese maravilloso programa que da a las
embarazadas un kit completo, para su bebé recién nacido. Aquí se atienden,
también, con el Plan Sumar, que hoy contempla desde que nacen hasta los sesenta
y pico años de edad, tanto a hombres como a mujeres.
Y hoy, también – argentinos – pusimos en
marcha el prototipo del Pampa III, un avión hecho, en la Fábrica Argentina de
Aviones, FADEA. (APLAUSOS). Fábrica que recuperamos de la privatización, que
tenía con la Lockheed, en el año 80, el entonces ministro Martínez de Hoz, de
la dictadura, había prohibido y cerrado la fábrica, esa fábrica que había sido
orgullo del Brigadier San Martín, un patriota argentino de la Fuerza Aérea, que
trabajó como pocos por la industria aeronáutica. La pusimos de pie e invertimos
más de 70 millones de dólares y estamos construyendo 40 nuevos aviones Pampa
III, de las cuales hoy se produjo el primer vuelo.
También hoy estamos desarrollando, el primer
avión de acrobacia argentino. Sí vieron, esos que hacen espectáculos, en Estados
Unidos, que todos están con la boca abierta, mirando las cosas que hacen en el
aire y lo vamos a hacer, acá, en la República Argentina, con obreros
argentinos, ingenieros argentinos y miembros de la Fuerza Aérea Argentina.
Axel y yo, una vez que estábamos en Córdoba,
hace muy poquito, nos subimos a unos de esos Pampa III y la verdad que uno
siente un gran orgullo, como argentino, de poder recuperar algo que fue un
símbolo de la industria, del crecimiento y del desarrollo nacional.
También, en Amstrong, provincia de Santa Fe,
hoy hemos invertido, abriendo para una Federación de Cooperativas, una
inversión de 34 millones de pesos, de las cuales casi 25 fueron aportados por
el Gobierno Nacional, para industrializar Girasol Confitero, el maíz pisingallo,
que todos dirán: “¿qué es el maíz pisingallo? El de los pochoclos, muchachos.
Cuando vas al cine y comés pochoclo, bueno eso es maíz pisingallo. Y lo vamos a
hacer también, aquí, en la Argentina y hemos dado este crédito a estas
federaciones de cooperativas para que produzcan toneladas y toneladas de
legumbres, arvejas, que además comparada con otros cultivos tradicionales, por
el valor agregado, son mucho más rentables por hectáreas y por precios.
Además, inauguramos, por primera vez, desde
su fundación la ANMAT. Todos se preguntarán ¿qué es la ANMAT? La ANMAT es una
dependencia del Estado, es la que cuide que los medicamentos, los que tomas vos
para los nervios, los que toma alguien para el cáncer, los que toma alguien
para la diabetes o para el Sida, o para cualquier otra patología tengan la
pureza y sean realmente medicamentos. Hoy, por primera vez, desde su fundación
(año 1992) estamos inaugurando con una inversión de más de 20 millones de pesos
la sede propia, para que no solamente se empiece a controlar, sino también se
comience a producir o a participar en el proceso de la producción de estos
medicamentos.
Y también, porque cada vez que he venido,
aquí a La Matanza, o a cualquier otro punto de la República, hemos venido a
mostrar las cosas que hemos hecho, pero hemos también venido a mostrar el
futuro. Y yo quiero mostrarles, hoy, el futuro con lo que acabamos de
inaugurar: la sede de la Federación Argentina de Nanotecnología. Escuchen bien,
esa palabras: “Nanotecnología”, va a definir el desarrollo científico y
tecnológico en todos los campos: en los alimentos, en la salud, en las armas,
en todo lo que tiene que ver, con las próximas décadas. ¿Qué es la
nanotecnología? Es una ciencia que manipula partículas mínimas, átomos y
moléculas y a partir de esa manipulación mínima es que puede crear e intentar
cualquier cosa, en cualquier campo.
Ayer, charlando con uno de mis médicos, me
decía que le apuntaba a su hijo que estudiara Nanotecnología, que los próximos
médicos, en los próximos 20 ó 30 años, van a regirse por la Nanotecnología,
para que tengan una idea, es una micromillonésima parte de un milímetro. Se los
hago más clarito, comparen el tamaño de
una naranja con el tamaño del planeta Tierra. Esa es la misma diferencia que
hay entre un nanómetro y exactamente un milímetro. Fíjense ustedes el grado de
complejidad y el mundo que nos espera. Hoy también inauguramos eso con una
inversión de más de 20 millones de pesos, 26 millones de pesos, mide 600 metros
cuadrados en un campus universitario. Y ustedes me dirán: ¿y todo esto tiene
qué ver con la deuda o reestructuración de deuda soberana? Todo querido, todo,
porque si nosotros caemos otra vez en un proceso de endeudamiento, si nosotros
accedemos a las demandas usurarias de los fondos buitre, todo esto que hemos
hecho, en estos 12 años y medio de trabajo incansable, se puede venir abajo. Y
lo menos que queremos, los argentinos, es eso. Por eso, vamos a incorporar,
como normas de orden público, a nuestro sistema de derecho, lo que 136 países
acompañaron a la Argentina, en esto que no solamente es para la Argentina, es
un legado para la humanidad.
Y yo quiero decirles, en esta maravillosa
tarde, de Sol, en estar tarde de realizaciones, de logros, con este hospital
magnífico, a mis espaldas, quiero decirles, que esta semana y hechos que han
sucedido, en esta semana, me han hecho reflexionar, me han hecho pensar y
compartir con ustedes algunas reflexiones. Porque va a haber elecciones en la
República Argentina, pero ¿saben qué? Con las cosas que he visto en la última
semana me he dado cuenta, ya lo sospechaba pero lo he confirmado plenamente, en
las próximas elecciones no se trata solamente de elegir un presidente, un
gobernador o un intendente o una intendenta, se trata de elegir de qué país
queremos dejarle a nuestros hijos y en qué país queremos vivir nosotros.
Porque
cuando uno ve, por ejemplo, que lo que constituye la base de la soberanía
popular y, fundamentalmente de la democracia, que es el voto popular y que se
expresa a través de la voluntad de cada ciudadano, de repente dos jueces
deciden anular la voluntad de cientos de miles diciendo que algunos que no
pueden o no saben votar porque son pobres, creo que estamos retornando a épocas
predemocráticas.
Quiero
contarles algo porque me ha impresionado mucho esto. Yo era muy chica, tenía
nueve años, no entendía nada de política, pero en frente de mi casa, en la
ciudad de La Plata, tenía dos amiguitas, María Elena y María Susana, su papá
era el doctor Roberto Guaresti que, a la sazón, en ese momento, era candidato a
intendente de La Plata con la fórmula Framini-Anglada. Yo no entendía nada,
pero había visto el afiche con la cara del papá de mis amigas pegado en las
calles y ahí había entendido que había elecciones. En mi casa se hablaba
también porque, obviamente iban a votar a Framini-Anglada, eran peronistas. Y
hubo elecciones aquí en la provincia de Buenos Aires y ganó en el año 62, la
fórmula peronista Framini-Anglada. ¿Y saben qué pasó? Tres militares, que en
ese momento eran jefes de cada una de las Fuerzas presionaron y el presidente
se dejó presionar y anularon las elecciones. El ministro del Interior dijo “es
que Framini no puede asumir como gobernador, es netamente peronista”. Esto está
en la crónica histórica.
Yo
me acuerdo de chiquita y no entendía por qué el papá de mis amigas no había
sido intendente.
Pero
no había sido la primera vez en la historia. Hubo otra en el año 31, después
que tumbaron a Yrigoyen. El general Uriburu al año siguiente llama a elecciones
en la provincia de Buenos Aires pensando que iban a ganar los conservadores y
no los radicales. Y ganaron, ganaron de vuelta en elecciones libres los
radicales. Anularon también…Un presidente, dos presidentes anularon las
elecciones.
Ahora,
ya ni siquiera son presidentes; basta con dos jueces en un fórum shopping para
que una provincia se intente desconocer la voluntad popular. Eso es una
Argentina predemocrática.
Y
si se me permite, yo sé que muchos compañeros dicen que hay algunos que quieren
volver a los 90, 1990. Me parece que estos ni a los 90, estos quieren volver a
1890, a la etapa del fraude patriótico donde si no ganaba yo, no había elección
y se tiraba todo abajo.
La
verdad que si había alguna irregularidad, había 20 formas legales de
solucionarlo, dentro de la ley y respetando la voluntad popular.
En
realidad, todos sabemos qué pasó: perdieron y no soportaron perder y fue eso lo
que pasó. Es lo que no puede volver a pasar más en la República Argentina.
Y
ayer también vi cuando, yo no miro mucha televisión, en fin, no me sienta bien
por ahí este…pero ayer vi que intentaron clausurar un canal de noticias en la
Ciudad Autónoma de Buenos Aires, porque, bueno, no sé, porque iban a dar un
informe o porque no le gustaba lo que decían o porque…
¿Ustedes
se imaginan si con todo lo que han dicho de esta Presidenta, se me ocurriera
porque no me gusta lo que dice tal periodista, tal canal o tal radio…?
Seguramente estaríamos haciéndonos señas. ¿Y estos son, pregunto yo, estos son,
perdón, y discúlpenme, pero estos son los que nos trataban de autoritarios a
nosotros? A mí me han dicho hasta dictadora por televisión y fíjense ustedes,
yo los desafío a cualquiera de ustedes, a los mayores, a los que recuerdan la
televisión y los medios de comunicación entre el 76 y el 83, a ver si alguno se
acuerda si a Videla, algún periodista, alguna locutora, algún comentarista,
algún analista se atrevió a llamarlo, yo no digo asesino o genocida, no,
simplemente dictador. No, jamás.
¿Pero
saben qué? Esto es lo que me preocupa. Y ya no me preocupa solamente la
política de industrialización, la profundización de la inclusión social, hay
algo más denso debajo de todo esto: me empieza a preocupar qué pasa si ganan
los que piensan que porque te critican por televisión, tenés que cerrar un
canal o porque si perdiste las elecciones tenés que denunciar fraude y
conseguir un juez amigo que te dé la razón. ¡Por favor!
En
nombre de tanta gente, ¿qué es esto? ¿Qué es esto digo yo, compatriotas? ¿Qué
es esto, compatriotas, de decir que los pobres no saben votar? ¿Qué es esto,
compatriotas, de que alguien que ha tenido la suerte de ir a una universidad,
seguramente pública y gratuita, obtener un título de abogado, tener la suerte
de ser juez que además no paga impuestos como pagamos el resto de los argentinos,
qué es esto de que esas personas nos vengan a decir que el sistema electoral
tiene un problema estructural porque los pobres, los vulnerables de penden de
los políticos? ¿Qué significa que los pobres son idiotas, que los pobres no
saben votar, que hay que prohibir el voto de los pobres o de los provincianos?
Porque además, y lo digo como una mujer del interior profundo, del país
profundo, siento en el fondo un tufillo, un gusto a centralismo, a desprecio
profundo por las provincias. Y como son las del norte, que casualmente fueron
abandonadas a la mano de Dios por políticas neoliberales, no solamente que las
abandonaron, sino que ahora las condenan cuando quieren defender sus conquistas
y sus derechos a través del ejercicio democrático del voto popular.
¡Por
Dios, qué país quieren! Discutamos políticas, discutamos programas, discutamos
proyectos, discutamos lo que quieran. ¡Pero, por favor, no retrocedamos en la
máquina del tiempo y volvamos a esa Argentina donde algunos propugnaban el voto
calificado! No volvamos a esa Argentina, donde cuando un periodista o un
analista no dice que soy linda, alta, rubia y de ojos celestes, voy y le
clausuro el canal o le cierro la radio. Esa época no puede volver más a la
Argentina, nunca más. Demasiados argentinos perdieron la vida, demasiados
argentinos se sacrificaron para que tengamos que estar discutiendo estas cosas.
Finalmente,
quiero decirles y para terminar donde empecé, porque todo tiene que ver con
todo, que además también hoy, en el día de la fecha, entregamos el
microemprendimiento social 200 mil; que también en la fecha de hoy importantes
empresas argentinas recibieron préstamos FONDEAR. CANALE, el señor de industrias
alimenticias, con ese nombre, en realidad, es la vieja fábrica CANALE, que
afecta a 5 economías regionales: a Mendoza, a Catamarca, provincia de Buenos
Aires, Neuquén, Río Negro. Allí, más de 1.700 trabajadores, hoy otorgamos un
préstamos de 150 millones de capital de trabajo para que sigan produciendo
conservas argentinas y manteniendo la industria nacional.
También
a frigoríficos e industrias de la carne del Norte, en Salta. Vamos con la
carne, argentinos, que ya también estamos entrando en Canadá, después de haber
logrado el fallo favorable de la Organización Mundial del Comercio.
También,
otro préstamo a VALMONT. Y aquí quiero hacer una referencia a un comentario que
me hizo su vicepresidente al momento de recibir el préstamo. VALMONT es una
importantísima empresa de carácter multinacional en materia de riego y decidió,
merced a nuestra política, Débora fue una de las que más los corrió, decidieron
venir a invertir a la Argentina. Era increíble que no hubiera industrias de
escala internacional en un país donde el agua y la siembra son fundamentales. Y
VALMONT, el vicepresidente cuando recibió el crédito, son los pivotes esos que
ustedes ven en los campos que dan vueltas y hacen como círculos de riego, le
dimos un préstamo de 40 millones de pesos para que produzcan en la Argentina y
no tengamos que importar equipos de riego. Y me dijo el vicepresidente de
VALMONT, “esto que usted me da hoy, va a servir para regar los campos de
legumbres en Amstrong, en la fábrica de las cooperativas para que tengan más y
mejores legumbres, más y mejores productos” y me dijo “porque todo hace juego
con todo” Y tiene razón el vicepresidente de VALMONT, todo hace juego con todo.
La
posición de Néstor en materia de deuda externa, tuvo que ver con la posibilidad
de todo lo que tiene La Matanza, el Conurbano bonaerense, la provincia de
Buenos Aires. Por eso pudimos hacer la línea de extensión de electricidad
cruzando toda la Patagonia; por eso pudimos hacer el gasoducto NEA-NOA y la
línea de alta tensión NEA-NOA. El país estaba abandonado y en decadencia.
Creo
y para finalizar, que lo más gráfico, lo más metafórico se puede encontrar acá
en Gregorio de Laferrere. Yo le pido a cada uno de los 350 mil argentinos y
argentinas que viven en Laferrere, que pasen por la antigua salita y ahora
vengan a este hospital y después, que le vengan a contar de afuera si cambiamos
o no cambiamos la Argentina. La cambiaron ustedes, ustedes cada vez que
decidieron apoyar un proyecto nacional, popular y democrático. Porque saben que
también se vota en defensa propia, también se vota por los propios intereses.
Está muy bien que así sea, porque es la manera en que una sociedad democrática,
dirime sus diferencias, a través del voto y no a través de fallos judiciales.
Muchas
gracias y los convoco a más democracia, a más libertad de prensa, a más
libertad para que cada uno diga y piense lo que quiera y, fundamentalmente,
argentinos y argentinas, que a nadie lo señalen por ser pobre y que eso
signifique que porque sos pobre te pueden comprar. Al contrario, muchas veces
se venden los de más arriba por cuatro monedas y no los de abajo.
Muchas
gracias a todos y a todas, los quiero mucho, gracias Laferrere, gracias La
Matanza, gracias Fernando.
Gracias,
muchas gracias, los quiero mucho a todos y a todas.
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