El
gobierno porteño presentó cambios curriculares para las diez modalidades de
Bachillerato de la Nueva Escuela Secundaria que comenzará a implementarse en
2014.
Los pre-diseños que elaboró el GCBA para la Nueva Escuela
Secundaria, que entrarán en vigencia a partir de 2014, eliminan la asignatura
Historia del 5to. año y dan lugar a una "ciencia social" opcional en
4to. año (queda a criterio de cada directivo escolar si será Historia o Geografía).
Como consecuencia de este recorte, todos los contenidos de la asignatura Historia (desde los orígenes de la humanidad hasta el presente, incluida la Historia Argentina) deberá dictarse en solo tres años, entre 1º y 3º. Así, el estudio de la Historia Argentina contemporánea y reciente, clave para la formación ciudadana de las jóvenes generaciones, quedaría reducido a unas pocas clases hacia el final de 3er. año.
La eliminación de la asignatura Historia en 5to. año alcanza a las diez orientaciones que tendrán los Bachilleratos de la Nueva Escuela Secundaria, incluido el Bachillerato orientado en Ciencias Sociales y Humanidades.
Esta decisión priva a los jóvenes de oportunidades para formar y desarrollar competencias de análisis histórico. A partir de la sanción de la Ley Nacional de Educación en 2006, comenzó a diseñarse en el ámbito del Consejo Federal de Educación (CFE) la Nueva Escuela Secundaria: un proyecto que se propone reconstruir sobre nuevas bases el nivel secundario fragmentado por la Ley Federal de Educación sancionada en 1993.
La Nueva Escuela Secundaria tiene especial interés en considerar las necesidades y los intereses de los jóvenes estudiantes con el propósito de prepararlos y orientarlos para el ejercicio pleno de la ciudadanía, para el mundo del trabajo y para la continuación de sus estudios.
Sin embargo, los cambios curriculares que propone el GCBA y que disminuyen la carga horaria dedicada a la enseñanza de la asignatura Historia en general, y de Historia Argentina contemporánea y reciente, limitan gravemente las oportunidades de los jóvenes que estudian en los colegios porteños para continuar la formación de su pensamiento histórico, y para conocer y desarrollar habilidades y competencias de análisis histórico de la realidad social, local y global con el fin de apropiarse críticamente del conocimiento de nuestro pasado para comprender el presente y actuar como ciudadanos.
Estos cambios también frenarían la progresiva introducción en las escuelas secundarias de la enseñanza de Historia de América Latina, una temática que estaba incorporándose en los colegios en consonancia con el proceso de integración que experimentó la región en los últimos años.
El GCBA argumenta que todos estos cambios fueron consensuados en el Consejo Federal de Educación (CFE): sin embargo, esto no es así. El CFE propuso "núcleos de aprendizaje prioritarios (NAP)" para asegurar conocimientos comunes para todos los estudiantes argentinos. Al mismo tiempo, estableció que cada jurisdicción educativa es la que define en cuántos años se desarrollarán tales aprendizajes prioritarios: la decisión del GCBA de reducir ese lapso a solo UN año pone de manifiesto que el gobierno de esta jurisdicción prefiere formar a los jóvenes limitando sus oportunidades para conocer y debatir diferentes versiones de la historia, cultivar su pensamiento crítico, así como de elegir y pensar por ellos mismos.
En defensa de estas modificaciones, los técnicos de Planeamiento y Currículum del GCBA sostienen que algunos contenidos de Historia se podrían dictar en nuevos espacios curriculares como "talleres" y "seminarios". Sin embargo, la definición de esos contenidos quedaría librada al criterio de cada directivo escolar, lo que significa la renuncia del Estado a prescribir sobre la necesidad de que se continúe dictando una materia insustituible como Historia Argentina.
Como consecuencia de este recorte, todos los contenidos de la asignatura Historia (desde los orígenes de la humanidad hasta el presente, incluida la Historia Argentina) deberá dictarse en solo tres años, entre 1º y 3º. Así, el estudio de la Historia Argentina contemporánea y reciente, clave para la formación ciudadana de las jóvenes generaciones, quedaría reducido a unas pocas clases hacia el final de 3er. año.
La eliminación de la asignatura Historia en 5to. año alcanza a las diez orientaciones que tendrán los Bachilleratos de la Nueva Escuela Secundaria, incluido el Bachillerato orientado en Ciencias Sociales y Humanidades.
Esta decisión priva a los jóvenes de oportunidades para formar y desarrollar competencias de análisis histórico. A partir de la sanción de la Ley Nacional de Educación en 2006, comenzó a diseñarse en el ámbito del Consejo Federal de Educación (CFE) la Nueva Escuela Secundaria: un proyecto que se propone reconstruir sobre nuevas bases el nivel secundario fragmentado por la Ley Federal de Educación sancionada en 1993.
La Nueva Escuela Secundaria tiene especial interés en considerar las necesidades y los intereses de los jóvenes estudiantes con el propósito de prepararlos y orientarlos para el ejercicio pleno de la ciudadanía, para el mundo del trabajo y para la continuación de sus estudios.
Sin embargo, los cambios curriculares que propone el GCBA y que disminuyen la carga horaria dedicada a la enseñanza de la asignatura Historia en general, y de Historia Argentina contemporánea y reciente, limitan gravemente las oportunidades de los jóvenes que estudian en los colegios porteños para continuar la formación de su pensamiento histórico, y para conocer y desarrollar habilidades y competencias de análisis histórico de la realidad social, local y global con el fin de apropiarse críticamente del conocimiento de nuestro pasado para comprender el presente y actuar como ciudadanos.
Estos cambios también frenarían la progresiva introducción en las escuelas secundarias de la enseñanza de Historia de América Latina, una temática que estaba incorporándose en los colegios en consonancia con el proceso de integración que experimentó la región en los últimos años.
El GCBA argumenta que todos estos cambios fueron consensuados en el Consejo Federal de Educación (CFE): sin embargo, esto no es así. El CFE propuso "núcleos de aprendizaje prioritarios (NAP)" para asegurar conocimientos comunes para todos los estudiantes argentinos. Al mismo tiempo, estableció que cada jurisdicción educativa es la que define en cuántos años se desarrollarán tales aprendizajes prioritarios: la decisión del GCBA de reducir ese lapso a solo UN año pone de manifiesto que el gobierno de esta jurisdicción prefiere formar a los jóvenes limitando sus oportunidades para conocer y debatir diferentes versiones de la historia, cultivar su pensamiento crítico, así como de elegir y pensar por ellos mismos.
En defensa de estas modificaciones, los técnicos de Planeamiento y Currículum del GCBA sostienen que algunos contenidos de Historia se podrían dictar en nuevos espacios curriculares como "talleres" y "seminarios". Sin embargo, la definición de esos contenidos quedaría librada al criterio de cada directivo escolar, lo que significa la renuncia del Estado a prescribir sobre la necesidad de que se continúe dictando una materia insustituible como Historia Argentina.
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